No es fácil establecer los lejanos orígenes del helado y fijar cuándo nació, ni acometer una reconstrucción cronológica.
Hay gente que sostiene que el primer “come y bebe” de leche de cabra mezclada con nieve fue ofrecido por Isaac a Abraham.
Otras personas atribuyen el invento del helado a los pueblos de Extremo Oriente, sobre todo a los chinos, cerca de 3.000 años antes de Cristo.
En tiempos de los romanos el emperador Nerón, en el año 62 d.C., ofreció a sus invitados una bebida que consistía en fruta tritada, miel y nieve.
RUGGERI
Ruggeri, un florentino de principios de 1500, es uno de los tres principales nombres que harán la historia en el campo de la helatería. Decidió participar en una competición de cocina organizada por los señores de Florencia y con su sorbete derrotó a todos sus contrincantes.
BERNARDO BUONTALENTI
Siempre en Florencia encontramos en la segunda mitad del siglo XVI otro heladero digno de este nombre: Bernardo Buontalenti. Una de sus destacables elaboraciones personales fue una crema aromatizada con bergamota, limones y naranjas, refrigerada con una mezcla inventada por él mismo. Bernardo ideó construcciones especiales semienterradas dotadas de una cámara rellenada con corcho y forrada de madera y cañas, para que el agua corriera a medida que el hielo se derretía.
FRANCESCO PROCOPIO dei COLTELLI
Quien planteó la producción del helado artesanal a escala “industrial” con venta al público fue un siciliano: Francesco Procopio dei Coltelli que, un siglo después, contando únicamente con una máquina rudimental de producción de helado que su abuelo le había dejado como herencia, dio un viraje definitivo a su vida partiendo para París.
En 1686 abrió su primer café-heladería en la capital transalpina. El mismo Luis XIV, el Rey Sol, alabó públicamente sus productos, contribuyendo no poco a aumentar su éxito. El “Café Procope” se convirtió en uno de los más célebres de Europa.
EN EE UU
Pero fue en América, mejor dicho, en Estados Unidos, que el helado tuvo un éxito indescriptible. Parece ser que fue mérito de otro italiano, el genovés Giovanni Bosio, que en 1770 abrió la primera heladeria en Nueva York.
EN EUROPA
Austria y, en mayor medida, Alemania, fueron los primeros países que experimentaron la venta ambulante de helado, una tradición que aún hoy día se practica y que tiene una gran importancia económica.
En la actualidad los carros han sido sustituidos por más de 5.000 modernas heladerías italianas, principalmente en los países de habla alemana y también en Holanda y otros países del norte de Europa. Estos establecimientos abren sus puertas hacia febrero – marzo y ocupan a más de 15.000 personas, en su mayoría italianos.
Pero fue 1927 el año clave en la producción del helado, cuando el boloñes Otello Cattabriga construyó la primera heladería automática, dando así un gran impulso a la comercialización y difusión de dicho alimento. Lo demás es historia cercana, pues el desarrollo de las últimas décadas nos sitúa en la actualidad.